Ciudadanía italiana y naturalización del AVO: Estrategias judiciales a la espera de un pronunciamiento del Tribunal Supremo

Uno de los escenarios más delicados en el reconocimiento de la ciudadanía italiana por descendencia es aquel en el que el AVO se naturalizó en el extranjero y, al momento de hacerlo, su hijo era menor de edad. Este detalle, aparentemente técnico, ha adquirido una dimensión crítica desde la entrada en vigor del Decreto Legislativo 36/2025 y la Circular 43347, que endurecieron los criterios de transmisión.

Pero ¿qué puede hacer hoy un descendiente lejano que se encuentra en esta situación? ¿Conviene iniciar juicio, esperar, o plantear una estrategia intermedia? En este artículo, analizamos el contexto actual y las opciones disponibles, con la mirada puesta en el los proximos fallos.

¿Qué dice la normativa actual?

La Ley N.º 555/1912, en su artículo 12, establece que si un ciudadano italiano se naturaliza en el extranjero, pierde la ciudadanía. Si su hijo es menor de edad al momento de esa naturalización, se presume que también la pierde, especialmente si convive con el padre y adquiere la nueva nacionalidad.

La Circular 43347, emitida en octubre de 2024, reforzó esta presunción, estableciendo que no se admitirá el reconocimiento de ciudadanía a descendientes de hijos menores del AVO naturalizado, salvo prueba excepcional de no pérdida.

¿Unificación de criterios a la vista?

La Corte de Casación italiana ( Tribunal Supremo) , máximo órgano judicial en materia civil, celebrará una audiencia en Camere Riunite hacia fines de diciembre de 2025 que podría marcar un antes y un después en el reconocimiento de la ciudadanía italiana por descendencia (ius sanguinis).

⚖️ ¿Qué se discute?

Durante años, los tribunales italianos han emitido fallos dispares sobre casos de descendientes de ciudadanos italianos que se naturalizaron antes del nacimiento de sus hijos. Algunos jueces consideran que esa naturalización interrumpe la transmisión de la ciudadanía, mientras que otros reconocen excepciones basadas en el contexto histórico, la ausencia de renuncia expresa o la imposición administrativa de la naturalización.

Esta dispersión jurisprudencial ha generado incertidumbre y ha obligado a muchos ítalo-descendientes a transitar caminos judiciales complejos, sin garantías claras.

🧭 ¿Por qué es clave esta audiencia?

La convocatoria en Camere Riunite implica que la Corte de Casación reunirá a sus secciones para emitir un fallo unificador. Esta instancia tiene la facultad de establecer doctrina jurisprudencial, lo que significa que su decisión será vinculante para tribunales inferiores y marcará el rumbo de futuras causas.

Un pronunciamiento favorable podría:

  • Reabrir la vía judicial para quienes fueron excluidos por naturalización del avo.
  • Fortalecer la legitimidad de causas en curso.
  • Reconocer el derecho a la ciudadanía como expresión de memoria familiar y vínculo cultural, más allá de tecnicismos administrativos.

📌 ¿Qué implica para los profesionales del área?

Para quienes acompañamos procesos de ciudadanía, esta audiencia representa una oportunidad para:

  • Reforzar estrategias jurídicas con base en jurisprudencia consolidada.
  • Transmitir esperanza fundada a los clientes, sin prometer certezas absolutas.
  • Preparar carpetas documentales sólidas, anticipando escenarios posibles.

Imaginemos el caso de un ciudadano italiano que se naturalizó en el extranjero cuando su hijo tenía 9 años. Según la interpretación vigente del artículo 12 de la Ley 555/1912, ese hijo —por ser menor y conviviente— habría perdido automáticamente la ciudadanía italiana, sin necesidad de una declaración expresa. Esta lectura ha sido sostenida por muchos tribunales, excluyendo a generaciones enteras de descendientes. La Circular 43347, emitida en octubre de 2024, reforzó esta presunción.

Pero si la Corte de Casación, en su audiencia de diciembre, decide revisar el criterio de pérdida automática por naturalización del progenitor, entraría en tensión directa con esta Circular. Un fallo favorable podría declarar inconstitucional esa pérdida, reconociendo que el hijo mantuvo su condición de ciudadano italiano, y por lo tanto puede transmitirla.

Este pronunciamiento marcaría un cambio de paradigma: el vínculo de sangre prevalecería sobre la convivencia administrativa, y la ciudadanía dejaría de ser una prerrogativa condicionada por decisiones migratorias del pasado.

Como consultores, esto nos posiciona ante una oportunidad histórica: reactivar causas que parecían cerradas, integrar argumentos jurídicos, históricos y simbólicos, y acompañar a las familias en la recuperación de un derecho que nunca debió perderse.


Punlicado por mil cosas interesantes 16/09/2025 : Patrizzia GIANNINI : ESPERAR Y ARMAR LA CARPETA HASTA QUE SALGA LA DECISION

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