Ana Paula tenía una meta clara: completar su ciudadanía italiana y abrirse camino en su profesión. Su hermano mayor había logrado este reconocimiento el año pasado sin dificultades, y todo indicaba que su proceso sería igual de accesible. Sin embargo, el Decreto Tajani cambió de repente sus planes, imponiendo incertidumbre sobre su futuro. Aun así, mantuvo su compromiso con sus convicciones y decidió seguir adelante.
Hoy, llegó a Roma y viaja hacia Paola, donde espera cumplir el sueño que la llevó a tomar este desafío.
Este mensaje no es solo su historia, sino la de muchos que hoy enfrentan el mismo desafío. A quienes se encuentran en su situación, quiero decirles: no desesperen. La incertidumbre es difícil, pero cada paso dado ha tenido valor. Tengan fe en el esfuerzo que han dedicado, en el compromiso de sus familias, en todo lo que han construido para llegar hasta aquí.
Cada documento reunido, cada sacrificio realizado representa la lucha por un derecho legítimo. La historia ha demostrado que los derechos adquiridos no desaparecen sin resistencia, y el proceso sigue en evolución.
Sigamos adelante con confianza, organización y determinación. No están solos, y el esfuerzo que han dedicado tendrá su recompensa.